En resumen, es seguro que Rodrigo Díaz desciende por línea materna de la nobleza de los magnates y, de aceptar la tesis de Margarita Torres, también por la paterna, pues entroncaría con los Flaínez de León. En todo caso, tanto el alcance de las propiedades con que dota a su mujer en la carta de arras de 1079,30 como la presencia desde muy joven en el séquito regio o las labores que desempeña en la corte de Alfonso VI, son suficientes para concluir que el Cid fue un miembro de la alta aristocracia.
Jimena Díaz (antes del 24 de julio de 1046 a - probablemente en 1116b ) fue la esposa de Rodrigo Díaz el Campeador, con quien contrajo matrimonio entre julio de 1074 y el 12 de mayo de 1076,5 a la muerte del Cid, señora de Valencia entre 1099 y 1102.
Jimena Díaz, según la genealogía propuesta por la profesora Margarita Torres Sevilla-Quiñones de León, basada en fuentes narrativas y documentales, fue hija del conde Diego Fernández, fallecido antes del 24 de julio de 1046, y de una dama de apellido Fernández, probablemente llamada Cristina. El conde Diego Fernández, hijo del conde Fernando Flaínez (de la Casa de Cea) y de Elvira Peláez, casó dos veces; en primeras nupcias con Elvira Ovéquiz y en segundas con Cristina Fernández.
Según la Historia Roderici, doña Jimena fue nepta (sobrina) del emperador Alfonso VI de León. La autora, Margarita Torres, reconstruye el esquema genealógico de los Flaínez y la dinastía reinante para esclarecer el parentesco entre doña Jimena y el monarca que viene por el lado paterno (los Flaínez) ya que el rey Alfonso VI y Jimena comparten como ancestros al conde Bermudo Núñez y su esposa Argilo. Partiendo de esta relación, doña Jimena sería prima tercera del emperador.
Diego Laínez de Vivar (ca. 1023-1058), infanzón activo en Burgos y al que tradicionalmente se le consideró padre de Rodrigo Díaz, conocido como «El Cid». Según la genealogía legendaria del Campeador, Diego era descendiente de Laín Calvo, uno de los hipotéticos dos Jueces de Castilla y de la estirpe de Diego Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos.
Si se acepta que fue el padre del Cid, estuvo casado con María, Sancha o Teresa Rodríguez (sólo se conoce con seguridad el apellido de la madre del Cid), que era hija del conde de Oviedo Rodrigo Álvarez de Amaya y nacida de una hija ilegítima del Rey de León.
Laín Calvo es una figura legendaria del Condado de Castilla, que los castellanos eligieron como juez propio para resolver sus pleitos, evitando así acudir a la corte leonesa.
Índice
Origen
Durante el reinado de Ordoño II sucedió la derrota de Valdejunquera y así como el monarca leonés atribuyese el desastre a la negativa de los condes castellanos de acompañarle en la batalla, los condujo presos a León donde los ejecutó. Indignados los castellanos por esta acción y no pudiendo levantarse en armas acordaron proveer por sí mismos su gobierno, eligiendo entre los nobles dos magistrados, uno civil y otro militar, con el nombre de Jueces, para recordarles que su misión era de hacer justicia y no la de oprimir a los pueblos con su autoridad, o menoscabar su libertad.Su nombre
El nombre de Laín, Laynus o Flaginus, de cuño acaso ibérico, era bastante común en la primitiva Castilla de la margen superior del Ebro. Pero también pueda serlo del gótico, pues es conocido en las crónicas romanas entre algunos Godos en contra o en el servicio Bizantino. No sucede lo mismo con el nombre completo Flaynus Calvus, aunque hay un Flaginus, abuelo del Cid, que parece haber vivido en la cuenta del Úrbel en la segunda mitad del siglo X, pero según Fray Justo este debió ser posiblemente un nieto suyo.Juez militar
Para este cargo fue nombrado Laín Calvo , concretamente para los negocios de la guerra, al que se atribuía un espíritu combativo. Prueba de ello está en la toponimia, donde existen lugares como Villalaín pero nunca Villanuño."La tradición del siglo XIII, ampliamente representada por el Toledano, sabe que Laín Calvo fue hombre de humor colérico y que, mal avenido con los alegatos judiciales, consagró su actividad a la fatigas de la guerra".1En el Poema de Fernán González es considerado como un buen guerreador, coincidiendo todas las crónicas antiguas al afirmar que de él vino el Cid Campeador.
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